La industria de las administradoras de fondos para el retiro (afores) llega a 25 años en medio de un proceso para modificar su estructura de gastos como consecuencia de la reducción de sus ingresos por la disminución de 23 puntos porcentuales en las comisiones que cobran, comentó en entrevista con El Economista Bernardo González Rosas, presidente de la Asociación Mexicana de Afores (Amafore).

Dijo que este año ha sido muy retador para los ingresos de las afores, ya que las comisiones que cobran a los ahorradores se redujeron, al pasar de 0.80 a 0.57%, “una reducción muy relevante”, sostuvo.

Junto a la reducción de los ingresos por comisiones, la industria de las afores tiene la instrucción de la Comisión Nacional del Sistema del Ahorro para el Retiro (Consar) de reducir el gasto comercial, acción que sí han tomado las administradoras, aseguró González Rosas.

No obstante, el presidente de la Amafore comentó que los cambios realizados al Sistema del Ahorro para el Retiro (SAR) incrementaron los costos regulatorios de las afores, y en cuatro años, esto es del 2018 al 2022, aumentaron en 56 por ciento.

“Bajaron los ingresos de las afores, pero los costos regulatorios se han incrementado”, advirtió González Rosas, pero reconoció que existe apertura de la Consar para escuchar las propuestas del sector sobre esta problemática.

Entre las propuestas que plantea la Amafore para amortiguar los incrementos en los costos regulatorios está la revisión de las cuotas de supervisión.

“Respecto a las cuotas de supervisión, las afores pagan el doble de lo que pagan proporcionalmente los bancos (...) la cuota de supervisión está referenciada a los activos bajo administración cuando éstos eran muy bajos, pero hoy representan 20% del Producto Interno Bruto”.

De acuerdo con González Rosas, de 1,000 millones de pesos que recauda el gobierno de las cuotas de supervisión de las administradoras de fondos, sólo 200 millones de pesos llegan al presupuesto de la Consar.

Reserva especial

La Consar publicó cambios regulatorios en materia de la reserva especial de las afores en diciembre del 2021, en el cual se establece la reducción de 0.70 a 0.55% en el monto que destinan a ese fondo, esto a fin de compensar la caída de los ingresos por comisión.

Ante ello, González Rosas aclaró que la modificación de la reserva no es un flujo adicional que recibió el sector, pues es dinero propio de las afores.

“El tema de la liberación de la reserva es dinero propio de las afores, no es un flujo adicional que recibieron las administradoras. Por eso estamos trabajando con Consar en que haya un cambio en el flujo”.

 

 

 

Menos utilidad

Las utilidades de los participantes del Sistema del Ahorro para el Retiro han registrado caídas anuales en los cinco primeros meses del año como consecuencia del tope máximo al cobro de comisiones.

Para recuperar los niveles de rentabilidad que se tenían antes de la reducción de comisiones, dependerá mucho de qué tan rápido las afores pueden ajustar su modelo operativo, consideró el presidente de Amafore.

“Todas las afores están comprometidas en adecuar su modelo operativo. En algunos casos estamos viendo más efectividad, aunque tiene que ir de la mano de ajustes en los costos regulatorios (...); lo que es un hecho es que los clientes están recibiendo un beneficio con las comisiones más bajas”.

Las 10 afores registraron una utilidad de 1,299 millones de pesos al cierre de mayo, una contracción anual de 77.6 por ciento.

¿Qué sigue en el SAR?

Bernardo González Rosas comentó que en los primeros 25 años se ha demostrado que el SAR es sustentable en el largo plazo.

Entre enero del 2021 y febrero de 2022, los pensionados de las afores suman 33,220. De los cuales, 31,482 han sido beneficiados por la reforma a la Ley de Seguridad Social. Sin la reforma del 2020 sólo se hubieran pensionado 1,738 trabajadores. El promedio de la tasa de reemplazo es de 74 por ciento.

No obstante, falta lograr que todos los mexicanos tengan claro qué es la afore, cómo funciona y qué la utilicen más, “ese es nuestro deseo y trabajo en la Amafore para los próximos 25 años”.


Fuente: EL ECONOMISTA
Autor: Santiago Nolasco