La mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno de Banco de México (Banxico) reconoce que existe una elevada incertidumbre sobre el tiempo que tomará el desvanecimiento de los choques de inflación.
Además, enfatizaron que no se puede descartar que se agudicen o que ocurran perturbaciones adicionales.
Así quedó retratado en las minutas correspondientes al anuncio monetario de junio, cuando subieron la tasa por primera vez en 0.75 puntos porcentuales para dejarla en 7.75 por ciento.
De acuerdo con la relatoria, “un miembro consideró que ante este entorno se requiere urgentemente una mayor velocidad de apretamiento para llegar a una postura monetaria restrictiva”.
Agregó que “los efectos de la pandemia sobre la inflación global, el mayor apretamiento monetario internacional y el deterioro de las expectativas demandan mantener por lo menos en la siguiente decisión este ritmo de apretamiento”.
Otro miembro señaló que, a pesar de los ajustes de la política monetaria, “se enfrenta el inicio del desanclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazos”.