Bancos, aseguradoras e inversionistas prometen en la COP26 más apoyo a los proyectos verdes

Miembros del sector financiero que gestionan 130 billones de dólares, se comprometieron a situar la lucha contra el cambio climático en el centro de sus estrategias de negocio.

Bancos, aseguradoras e inversionistas que gestionan 130 billones de dólares se comprometieron a situar la lucha contra el cambio climático en el centro de su labor, y consiguieron apoyos para que la inversión verde tenga una base más firme.

En otro avance en la conferencia del clima COP26 de Naciones Unidas, se espera que al menos 19 países se comprometan a poner fin a la financiación pública de proyectos de combustibles fósiles en el extranjero para finales de 2022, dijeron dos fuentes.

En un anuncio anterior en la reunión de Escocia, instituciones financieras que representan alrededor del 40% del capital mundial se comprometieron a asumir una "parte justa" del esfuerzo para acabar con la adicción del mundo a los combustibles fósiles .

Uno de los principales objetivos de las conversaciones de la COP26 es garantizar un número suficiente de compromisos nacionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, procedencia principalmente de la combustión de carbón, petróleo y gas, y mantener el aumento de la temperatura promedio mundial en 1.5 grados centígrados.

Pero todavía se está estudiando cómo cumplir esos compromisos, sobre todo en el mundo en desarrollo, porque se necesitará mucho dinero.

El enviado de la ONU para el clima, Mark Carney, que reunió a la Alianza Financiera de Glasgow para la Red Cero (GFANZ), situó el total en 100 billones de dólares en las próximas tres décadas, y dijo que el sector financiero debe encontrar Formas de obtener dinero privado para llevar a cabo el esfuerzo mucho más allá de lo que los Estados pueden hacer por sí solos.

"El dinero está aquí, pero ese dinero necesita proyectos de alineados con el cero neto. Hay una manera de convertir esto en un círculo virtuoso muy, muy poderoso, y ese es el reto", dijo en la cumbre Carney, exgobernador del Banco de Inglaterra.

Los comentarios de Carney reflejan un problema citado a menudo por los inversionistas que, ante una miríada de riesgos relacionados con el clima, necesitan estar seguros de que se están contabilizando de forma transparente y preferiblemente estandarizada mundialmente.

"Algunas de las piezas clave del rompecabezas de las finanzas están encajando ahora", dijo Nick Robins, del Instituto de Investigación Grantham sobre el Cambio Climático y el Medio Ambiente.

Vacíos

Sin embargo, otros no están convencidos. "Estas alegres noticias ocultan una gran cantidad de lagunas y oportunidades de retroceso que no podemos permitirnos si queremos evitar el colapso climático", dijo la Fundación de Justicia Ambiental en una declaración por correo electrónico.

"Las promesas de cero neto no significan nada sin la desinversión de los combustibles fósiles. Es hora de que las instituciones financieras respalden con dinero sus palabras y dejen de financiar los combustibles fósiles que destruyen el clima", agregó el director general de la ONG, Steve Trent.

Carney ha liderado un esfuerzo para garantizar que las instituciones financieras contabilicen y divulguen todos los riesgos climáticos de sus préstamos o inversiones, obligando a la economía en general a fijar el precio de los costos que hasta ahora se han ocultado en gran medida.

Entre ellos se encuentran no sólo los efectos directos de una frecuencia mayor de fenómenos meteorológicos extremos, sino también costos como la pérdida de subvenciones públicas a los combustibles fósiles o las repercusiones en la salud y el medio ambiente de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional, dijo que era esencial incorporar los datos climáticos a los informes macroeconómicos.

El cambio en las instituciones financieras del sector privado fue destacado por el presidente británico de la COP26, Alok Sharma, quien dijo:

"Lo que hemos visto en los últimos años es un gran movimiento en el sector privado y de los servicios financieros para volverse verde (...) en la década de 1990, la financiación del clima, la inversión en verde, no era la corriente principal. Creo que ahora es la corriente principal ".

El gobernador del banco central de China, Yi Gang, dijo que Pekín estaba trabajando en un nuevo mecanismo de política monetaria para proporcionar fondos baratos a las instituciones financieras para que apoyen proyectos verdes, y que el Banco Popular de China (PBOC) y la Unión Europea publicarían pronto una definición compartida de inversión verde.

El vicepresidente del Consejo de Estabilidad Financiera, el banquero central holandés Klaas Knot, afirmó que es necesario establecer una norma mínima mundial obligatoria para la divulgación de los riesgos climáticos, tanto para la estabilidad financiera como para la provisión de financiación sostenible.

Relaciones públicas

Jane Fraser, consejera delegada de Citigroup, miembro del GFANZ, dijo que era notable que la iniciativa influyera en 130 billones de dólares en fondos, pero que necesitan escala para funcionar.

"Si no se trabaja de forma conjunta, se van a elaborar un montón de discursos muy bonitos, pero se corre el peligro de estar divorciados de la realidad", Dijo.

Sin duda, los inversoionistas acogerán con satisfacción el lanzamiento de un organismo mundial de normalización para evitar que las empresas den una imagen halagadora de sus políticas climáticas y prácticas empresariales, en lo que ya es un mercado mundial multimillonario de fondos orientados al medio ambiente, la sociedad y la gobernanza (ESG).

"Si no se dispone de información básica comparable de alcance mundial (...) aumentó enormemente los riesgos del lavado de imagen verde", dijo Ashley Alder, presidente de la OICV, el organismo mundial que agrupa a los reguladores de valores, que ayudó a crear el Consejo Internacional de Normas de Sostenibilidad (ISSB).

El entusiasmo del sector privado por movilizar inversiones respetuosas con el clima requiere también la garantía de que los gobiernos establezcan objetivos de reducción de emisiones lo suficientemente ambiciosos como para alcanzar la meta de 1,5 grados Celsius, algo que no es en absoluto seguro que ocurra al final de la COP26, el 12 de noviembre.

El enviado de Estados Unidos para el clima, John Kerry, dijo en una reunión de alcaldes del mundo que las promesas hechas hasta ahora daban al mundo sólo un 60% de probabilidad de limitar el calentamiento a 1.5 grados.

Fuente: EL ECONOMISTA