La estabilidad financiera y la gobernanza de los datos son los principales desafíos que plantea la irrupción de las llamadas bigtech en el sector financiero, dijo Agustín Carstens.
La estabilidad financiera, preservar la competencia y la gobernanza de los datos, son los principales desafíos que plantea la irrupción de las llamadas bigtech en el sector financiero, dijo Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés).
En la conferencia “Regulando a las bigtech: entre regulación financiera, antimonopolio y privacidad de datos”, el mexicano destacó que algunos de estos desafíos son familiares para los reguladores, pero otros no.
“Para los bancos centrales y los reguladores financieros, el primer y más directo conjunto de desafíos de las big tech se centra en la estabilidad financiera”, expuso.
Detalló que los gigantes tecnológicos tienen ventajas derivadas de los datos de sus usuarios, lo que conduce a amplias redes y gama de actividades.
Con esto, apuntó, pueden pasar muy rápidamente de ser “demasiado pequeñas para preocuparse”, a “demasiado grandes para ignorarlas” y después a “demasiado grandes para fallar”.
Carstens resaltó que sólo cuatro grandes tecnológicas brindan casi dos tercios de los servicios globales en la nube, que se está convirtiendo en un servicio crítico para el sector financiero.
“Los servicios en la nube ciertamente brindan ventajas en términos de eficiencia para las instituciones individuales, pero la dependencia de todo el sector financiero de sólo unos pocos jugadores hace que el sistema sea más vulnerable a fallas operativas a gran escala, insolvencia o ciberataques”, enfatizó.
El segundo desafío que señaló el gerente general del BIS, es el de preservar la competencia leal, lo cual es de especial relevancia para las autoridades en la materia, dado que las bigtech tienen varias ventajas competitivas sobre otras empresas, en virtud de sus modelos de negocio, tecnología y redes.
“En muchos de los casos, esto se ve agravado por una regulación inadecuada y la posibilidad de arbitraje regulatorio”, manifestó.
Aunado a ello, comentó que las fusiones y adquisiciones por parte de las big tech, pueden agravar este problema, pues existe evidencia que algunas transacciones de este tipo, neutralizan a los competidores.
Y un tercer conjunto de desafíos, dijo, está relacionado con la gobernanza de los datos, pues las bigtech tienen un incentivo para recopilar información personal de los usuarios, al ser la clave de su negocio.
El gerente general del BIS comentó que las bigtech han llegado a representar el 94% de los pagos móviles en China en tan sólo pocos años; mientras que el crédito otorgado por estas creció 40% en el 2020 para un total global de 700,000 millones de dólares.
“Más allá del crédito, las propuestas de las grandes monedas estables (stablecoin) de tecnología como Diem de Facebook, pronto podrían lanzarse, probablemente con una rápida adopción en todo el mundo”, expuso.
Agustín Carstens refirió que sin una respuesta de política pública, hay dos escenarios probables a futuro en el sistema financiero con las grandes empresas de tecnología.
Uno, dijo, es que podrían establecer una huella en los pagos minoristas al proporcionar sus propios medios, lo que conduciría a una fragmentación y representaría una amenaza para el carácter de bien público del sistema de pagos.
Y el otro es que las grandes tecnológicas no sólo operarían su propio sistema de pago, sino que también emitirían su stablecoin para uso exclusivo en su sistema, cuyas implicaciones serían aún más profundas.
“Podría concentrar aún más el poder del mercado en manos de unos pocos, y amenazar la estabilidad financiera, la competencia leal y la gobernanza de los datos”, puntualizó.
Carstens aclaró que el objetivo de las autoridades no es detener la innovación útil en el sector financiero, sino servir al interés público equilibrando los beneficios generales con los riesgos potenciales.
En este sentido, precisó que deben considerar posibles respuestas como gestionar a las bigtech mediante la adaptación de las regulaciones y supervisión existentes.
“Un enfoque particular se encuentra en las áreas de competencia, gobernanza de datos y estabilidad financiera”, subrayó.
Añadió: “en el futuro, el crecimiento de las grandes tecnológicas requerirá respuestas regulatorias adicionales”.
Manifestó que otra respuesta de política pública consiste en dar un nuevo impulso a la mejora de los acuerdos de pago actuales en varias dimensiones, haciéndolos más baratos, rápidos, transparentes y fiables.
Y una tercera respuesta, planteó, es que los bancos centrales podrían introducir monedas digitales, ya que representan una oportunidad para diseñar una representación tecnológicamente avanzada del dinero del banco central con características centrales de finalidad, liquidez e integridad.
Carstens destacó que existen argumentos sólidos para fortalecer la cooperación regulatoria, no sólo entre bancos centrales y autoridades, sino también las relacionadas con la competencia y protección de datos.
Fuente: EL ECONOMISTA
Autor: Edgar Juárez