La intención es que los casi 100,000 sujetos obligados tengan el personal capacitado para prevenir el blanqueo.
Obtener la certificación en materia de prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo que impulsa la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) para el sector de actividades vulnerables no será un proceso sencillo, contrario a eso representará grandes retos para las organizaciones, de acuerdo con directivos de la Asociación Nacional de Oficiales de Cumplimiento Certificados (Asonoc).
En entrevista, los representantes de esta organización indicaron que si bien la certificación para actividades vulnerables en materia antilavado representa beneficios, tanto para las empresas como para el ecosistema empresarial y su relación con las autoridades, también significará un reto mayor respecto al que el sistema financiero ha tenido que pasar para certificar a sus oficiales de cumplimiento.
“La certificación en actividades vulnerables representa un reto mayor, dado que el número de empresas es mucho más grande y además, la certificación para el sector financiero, así como la recertificación, ha sido todo un reto enorme, tan es así que hoy no todas las entidades del sistema financiero cuentan con un oficial de cumplimiento certificado”, explicó Elimelec Moreno, presidente de la Asonoc.
Para Francisco Domínguez Almaraz, director de Comités de la Asonoc, si bien la ley antilavado fue promulgada en el 2012, hasta hace algunos años su aplicación no era total, por lo que las empresas dedicadas a las actividades vulnerables podrían tener complicaciones en el proceso por el poco tiempo y experiencia que han tenido sobre el tema de la prevención del blanqueo de capitales.
“Será todo un reto, dado que la legislación se ha comenzado a aplicar en su totalidad, pero también va a traer cambios muy importantes y muy buenos para las empresas”, acotó el directivo de la Asonoc que representará al gremio.
Para Iván Aleksei Alemán Loza, socio de la firma Alemán y Santiago, la certificación en el sistema financiero se aplicó con la finalidad de que existiera confianza en la relación entre los distintos intermediarios financieros, así como con la autoridad que los supervisa.
Fuente: EL ECONOMISTA
Autor: Fernando Gutiérrez