Las autoridades monetarias deben garantizar que la operación del sistema de pagos sea segura, confiable y eficiente.
El sistema financiero mundial será significativamente diferente en cinco años. Operará mayores volúmenes de transacciones digitales y fiduciarias de una forma más equilibrada entre los países, siempre que se incorpore la hoja de ruta que acordaron las economías del G20, estimó el gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de Léon.
En su calidad de Presidente del grupo de coordinación de los pagos transfronterizos del G20, el banquero central mexicano explicó que el objetivo es que en un lustro se reduzcan las asimetrías de operación, manejo tecnológico y que se fortalezca la supervisión de los sistemas financieros. Esto con miras “a fortalecer el sistema de pagos”.
Durante una de las sesiones del seminario organizado por el FMI sobre pagos transfronterizos explicó que la nueva arquitectura financiera global cambiará la vida de millones de personas, como los emisores y receptores de remesas y es que se espera que este tipo de envíos, de remesas, correrán de una forma más eficiente y segura sobre la nueva infraestructura de pagos transfronteriza entre economías emergentes en particular.
El gobernador Díaz de León presentó “la hoja de ruta en detalle”, que aprobaron los países del grupo donde participa México para fortalecer el sistema de pagos que consta de cinco elementos: Compromiso de los sectores público y privado; regulación y criterios de supervisión; infraestructura de acuerdos existentes de pago; armonización de protocolos y prácticas de pago; y nuevos acuerdos de infraestructura de pago.
De acuerdo con él, la responsabilidad de las autoridades monetarias es garantizar que la operación del sistema de pagos sea segura, confiable y eficiente, sobre todo al contemplar que, de las transferencias transfronterizas dependerá también el bien de la gente.
En la sesión que compartió con el director del departamento del Mercado Monetario y de Capital del FMI, Tobías Adrián, el gobernador Díaz de León explicó que la mayoría de los bancos centrales está en la tarea de buscar la convergencia con los sistemas de pagos transfronterizos.
Sobre el avance de México en este tema, comentó que tenemos una arquitectura de sistema financiero muy sólida en su interacción con otros sistemas del exterior.
Puso de relieve la relevancia de desarrollar una identidad digital que favorezca la supervisión de quien emite los pagos, que es quien da a su vez el consentimiento para la transacción.
Destacó que en el marco del G20, se estableció el 2022 para que las naciones adopten las recomendaciones internacionales de regulación y supervisión nacional y que en julio de 2023, se revise la ejecución de los estándares internacionales y las necesidades regulatorias que surjan.
El Banco de México se ha mantenido activo en el desarrollo de pagos transfronterizos. En su “Informe Anual sobre la infraestructura de los mercados financieros”, desarrollaron un análisis donde establecen su relevancia para el comercio internacional, integración de cadenas de suministro, comercio electrónico, economía digital y facilitador de flujos de mercados financieros internacionales.
Ahí explican que desde una perspectiva tecnológica, no existen diferencias sustanciales en la operación de los pagos transfronterizos respecto de los domésticos.
Sin embargo, destacaron que los esquemas existentes se caracterizan por tener algunas ineficiencias producto de diversas fricciones como el cumplimiento diferenciado de la regulación de prevención de lavado de dinero y combate al financiamiento del terrorismo.
Esto, consignaron en más reciente reporte del Banco de México, puede tener un impacto importante en elementos de interés para los usuarios de este tipo de transferencias como por ejemplo la velocidad de liquidación del pago, el costo asociado a éste, la transparencia y trazabilidad.
Fuente: EL ECONOMISTA
Autor: Yolanda Morales