Pese a que ha habido un avance en el tema regulatorio, todavía existen pendientes en dicha industria, como el fiscal.
Para las empresas de fondeo colectivo que operan en México, la pandemia aceleró su cobertura de mercado e incluso se atreven a decir que la necesidad de digitalización, especialmente de servicios financieros, permitió un avance en el mercado de lo que les hubiera costado cinco años cubrir si no hubieran tenido este empuje en el contexto actual.
En entrevista, Miguel Mejía Ríos, director de la Asociación de Plataformas de Fondeo Colectivo (Afico) indicó que además de la digitalización, existen otros factores que hicieron más visibles a estas plataformas al público en general, como, por ejemplo, la necesidad de financiamiento para los emprendedores, ante la desaparición del Instituto Nacional del Emprendedor, y, además, por ofrecer tasas competitivas, tanto en rendimiento para inversionistas como de costo para acreditados.
“La pandemia nos ha permitido avanzar lo que nos iba a llevar cuatro o cinco años cubrir en el mercado. Mucha gente que no sabía de nosotros, nos ha volteado a ver... Nos ha dado un empujón, no quiero decir que nos ha venido bien, pero sí ha potencializado que la gente voltee a ver nuestra propuesta de valor con interés”, declaró Mejía al resaltar los crecimientos de doble, y hasta de triple dígito que tuvieron algunas de estas instituciones en el 2020.
El modelo de negocio de las plataformas de fondeo colectivo consiste en conectar inversionistas con personas que buscan obtener un crédito. En este contexto, la Afico representa a 25 organizaciones, de las 34 que iniciaron su solicitud para obtener su autorización bajo la ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, conocida como Ley Fintech.
Mejía Ríos indicó que si bien ya dos plataformas de fondeo colectivo han obtenido su autorización (Fundary de forma oficial y Doopla a la espera de oficializarse) existe el pendiente de avalar al resto de instituciones que buscan ser reguladas al amparo de la Ley Fintech.
“Necesitamos contar con las autorizaciones, Doopla y Fundary ya obtuvieron el oficio, y las demás plataformas de Afico vienen formadas y sin duda van a obtener la autorización, digamos, ese es el pendiente número uno en la agenda”, declaró el directivo.
Asimismo, Mejía Ríos apuntó que otro de los pendientes en el sector es que exista una miscelánea fiscal específica para estas plataformas, pues la Ley Fintech no cubrió esta parte, por lo que ya se han entablado negociaciones con la autoridad para adecuar las reglas al respecto.
“Tenemos más de un año negociando con la Unidad de Política de Ingresos Tributarios y no hemos podido cerrar un esquema fiscal adecuado para la industria... Queremos ayudar a la autoridad tributaria a hacer una mayor recaudación de las transacciones que se realizan en estas plataformas”, acotó el directivo.
Ante el crecimiento de doble dígito que tuvieron algunas de estas plataformas en el 2020, especialmente en materia de colocación, y la cautela que tuvo la banca, Mejía Ríos indicó que no se ven como una competencia para los bancos sino como un complemento e incluso, ya ha habido sinergias entre ambos sectores.
Fuente: CNBV y Afico.
Fuente: EL ECONOMISTA
Autor: Fernando Gutiérrez