Moody’s refirió que menores ingresos por este concepto genera un deterioro de la balanza de pagos.
La calificadora Moody’s advirtió que la caída del ingreso por remesas debilita los perfiles crediticios de los países receptores al impactar en la fortaleza económica y la vulnerabilidad externa; expuso que al caer los ingresos por remesas, se genera un deterioro de la balanza de pagos.
En un análisis sectorial, sin impacto en la calificación soberana, destacaron que para una gama de soberanos, las entradas de remesas favorecen a reducir el déficit de la cuenta corriente. Una caída estimada de 20% de las remesas, daría como resultado una disminución, promedio, de tres puntos porcentuales del PIB en el saldo de la cuenta corriente entre los países que tienen una alta dependencia de estos envíos, como los son Kirguistán y Tajikistán, resaltaron.
El panorama se complica para estos países pues además de estar inmersos en la debilidad económica propia, son vulnerables a la caída de estos ingresos que suelen apoyar al consumo de los hogares.
La calificadora señaló, que el flujo de remesas mundiales se mantendrá por debajo del histórico alcanzado en el 2019, de 554,000 millones de dólares, en espera de que los mercados de trabajo se repongan del choque que representó el cierre de actividades ante el Covid-19.
En el análisis se enfatiza que estos recursos son un apoyo determinante en el consumo de los países receptores, y “si la pandemia afecta de forma duradera a la migración, se descarrilará una fuente importante de ingresos para los hogares de escasos recursos”.
Validaron la estimación que dio Banco Mundial en abril, cuando proyectó una caída de 20% en el flujo anual de remesas, consecuencia del deterioro económico de los países originadores que emplean a los migrantes.
Moody’s estima que el impacto más profundo de esta caída en los envíos de los llamados migradólares se sentirá en países de Asia como Kirguistán y Tayikistán y los latinoamericanos El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Este choque particularmente fuerte en los países detallados, tiene que ver con su alta dependencia respecto de las remesas, refirieron.
En el análisis señalan a 30 soberanos emergentes calificados por Moody´s que serán los más afectados por la caída de las remesas. México, no está contemplado en el radar.
En el documento no tocan el caso de México, pues aún siendo uno de los principales receptores de remesas en el mundo, cuenta con una calificación de Grado de Inversión y no tiene una alta dependencia del flujo de migradólares.
Como se recordará, el flujo de remesas a México se ha mantenido resistente al coronavirus, así se entiende que en los primeros cinco meses del año y a pesar de la crisis por el Covid-19 y las medidas de distanciamiento social, se mantuvo una sólida entrada de remesas al país que suman 15,537 millones de dólares.
Sólo en mayo, los hogares que cuentan con este tipo de entradas en México, recibieron 3,379 millones de dólares.
Diversos estudios muestran que las remesas alivian la pobreza en los países de ingreso bajo y mediano, mejoran los resultados nutricionales, se asocian con un gasto más elevado en educación y reducen el trabajo infantil en los hogares desfavorecidos.
Fuente: EL ECONOMISTA
Autor: YOLANDA MORALES