El ministro de Hacienda de la nueva administración, José Antonio Ocampo, ha develado algunas de las movidas fiscales que realizará el Gobierno colombiano luego de la posesión del presidente electo, Gustavo Petro.
Una de ellas es la eliminación de los Días sin IVA, las jornadas creadas por Iván Duque y cuyas ventas alcanzaron los $10.6 billones (2,434 millones de dólares) en la última y segunda jornada del año, llevada a cabo el 17 de junio.
A pesar de que en diciembre se tenía planeado realizar la tercera jornada del año, Ocampo ha afirmado que este ejercicio “no ha beneficiado a los hogares pobres y muchos de los productos que terminan sin IVA son importados y eso tiene un costo”.
Fedesarrollo ha afirmado algo similar al asegurar que se deben eliminar los Días sin IVA por su incidencia regresiva: los que más aprovechan los beneficios son los ciudadanos con los ingresos medios y altos.
Otros gremios se han mantenido más neutrales en relación con las jornadas sin este impuesto. La Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) ha asegurado que es menester analizar y estudiar la sostenibilidad de la medida en el largo plazo.
Bruce Mac Master, presidente de la agremiación, afirma que cabe cuestionarse sobre los Días sin IVA y si hay un desplazamiento del consumo hacia los días en que se otorga el beneficio la población, “lo que probablemente en el agregado no genera una mayor demanda para los bienes que son producidos en Colombia”.
Según Gustavo Cote, exdirector de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), el consumo que se estimula en estos días se debe a “decisiones de consumo aplazadas”.