Reclaman usuarios más de 36,680 millones de pesos a bancos en el 2022

La cantidad de quejas el año pasado creció 37.5%; ahora los esquemas para robarte tu dinero son más elaborados, mantente alerta.

Si el año pasado te quejaste contra el banco por alguna compra que no hiciste, un crédito que no pediste o alguna transferencia que desconoces, no fuiste la única persona. En 2022 se reportaron 5.6 millones de reclamaciones por estos y otros motivos contra los bancos que suman más de 36,686 millones de pesos.

Ese es el dinero que los clientes de los bancos que fueron víctimas de algún delito o mal uso de su información bancaria, le reclaman a las instituciones bancarias. La cantidad es superior a la reportada en el 2021 cuando el monto reclamado fue de 26,709 millones de pesos.

El número de quejas que la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) registró el año pasado por parte de los usuarios de los bancos fue de 5 millones 695,941 reclamaciones, cantidad inferior a las captadas en el 2021 cuando ascendieron a 5 millones 995,703, sin embargo, pese a la disminución en cantidad de inconformidades reportadas, por monto se refleja un incremento de 37.5 por ciento.

Los delincuentes cada vez diseñan esquemas más elaborados para robar el dinero que las personas tienen en sus cuentas bancarias. Desde los fraudes a través de supuestas llamadas del banco donde alertan de cargos no comunes en tus compras, y entonces terminas dando o confirmando tus credenciales bancarias las cuales son usadas para extraer el dinero que tienes, hasta robo de información bancaria al dar clic a links maliciosos.

Otros fraudes de los que ha estado alertando la Condusef y que han sido señalados en redes sociales son los que se hacen a domicilio. Uno de ellos consiste en que les llaman a las personas para decirles que fueron seleccionados por el banco para recibir un premio, que puede ser algún equipo electrónico o electrodoméstico, mismo que tiene que ser entregado en el domicilio, a lo cual “ejecutivos” del banco llegan, entregan el premio (tostadoras, licuadoras, etc), pero piden información de la cuenta, como mostrar la tarjeta del banco.

A domicilio también se comete el fraude donde previamente le llaman al usuario del banco para decirle que la institución está renovando las tarjetas y que ejecutivos se presentarán en su casa para hacer el cambio del plástico. Llegan, hacen la sustitución de la tarjeta, piden que entreguen el plástico “viejo”, lo rompen frente al dueño de éste, pero no por la parte del chip, se lo llevan y en minutos retiran dinero de la cuenta.

Cuando una persona es víctima de alguno de estos fraudes e interpone una reclamación ante el banco, para que su dinero sea repuesto, es muy complicado que su inconformidad proceda porque las instituciones argumentan que es el cliente quien está entregando su información a terceros.

De acuerdo con el Buró de Entidades Financieras de la Condusef, del monto total reclamado en 2022, que fueron 36,686 millones de pesos, sólo 10,468 millones fueron abonados a los usuarios, es decir, 28.5 por ciento.

"Para el caso de las reclamaciones en materia de posible fraude y posible robo de identidad, éstas no necesariamente son responsabilidad del banco”, dice una nota en la parte inferior del reporte del Buró.

¿Qué reclaman los usuarios a los bancos?

Según el reporte del BEF, las causas de reclamación consideradas son la apertura de cuenta no solicitada ni autorizada por el usuario, cliente y/o socio; cargos no reconocidos a través de la utilización del NIP en Terminal Punto de Venta, cheque pagado no reconocido por el titular, consumos en tiendas físicas, por teléfono y vía Internet no reconocidos.

También se encuentran créditos no reconocidos en el historial crediticio, disposición de efectivo en cajero automático que el usuario no realizó.

Además de inconformidades con el cobro de productos o servicios no contratados, inconformidad con la alteración de pagarés (en importe), inconformidad por el importe de un consumo en comercio físico y virtual, y por robo o extravió de valores depositados, aunado a transferencias electrónicas no reconocidas.

Fuente: EL ECONOMISTA
Autor: Yuridia Torres