El 19 de abril, se publicaron en el Diario Oficial de la Federación, los oficios de tres autorizaciones, dos como Instituciones de Fondeo Colectivo:  Angeles en Ark y Top Kapital y a una como Institución de Fondos de Pago Electrónico: Todito Pagos.

En entrevista con El Economista, Todito pagos y Angeles en Ark expresaron que la regulación fue un reto; sin embargo, ambas empresas destacaron que contar con autorización es esencial para operar y tener la confianza de los usuarios.

“Fue un proceso lento, complicado, sobre todo porque nos tocó una pandemia, tuvimos dos años de confinamiento, y al interior de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores hubo cambios. Nos llevó tres años obtener la autorización”, comentó Ricardo Dávila, director general de Todito Pagos.

Ambas empresas operaban bajo el artículo octavo transitorio de la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, dicho artículo, ampara las empresas, que trabajan previo a la publicación de la ley.

“Contar con la regulación da muchísima certidumbre a los usuarios, aunque ya teníamos operaciones, nos adherimos al octavo transitorio cuando se publicó la ley. Hoy tenemos un número importante de usuarios y vemos que les da mucha tranquilidad saber que estamos regulados y que mañana no cerraremos la cortina”, apuntó Dávila.

Innovar con las reglas

Ambos directivos coincidieron en que prepararse para la regulación implicó una reestructuración dentro de sus equipos de trabajo que les obligó a repensar la innovación en sus productos, para atender las reglas.

“Uno de los grandes retos de este proceso es justamente el cambio cultural interno en el equipo, para convertirse en una empresa regulada hay que mantener el espíritu de innovación, sin sentirse restringido por un marco legal”, comentó Luis X. Barrios, director general de Arkangeles, marca de Angeles en Ark.

Barrios dijo que una empresa con poca preparación para un proceso regulatorio puede tener problemas en los procesos creativos y de innovación.