Con los despidos observados en marzo y lo que va de abril, en este año se podrían perder entre 1.1 y hasta 2 millones de empleos formales, lo que colocaría al país en un escenario de mayor destrucción de plazas que en las crisis de 2009 y 1995, estimaron expertos consultados por El Financiero.
Asimismo, los especialistas coincidieron en que la tasa de desocupación podría escalar a niveles de 8 por ciento, proporción más alta a la de 6 por ciento observada en crisis pasadas.
Datos oficiales recabados por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados, indican que en 1995 se perdieron 611 mil 200 empleos; mientras que información del IMSS muestra que en la recesión de 2008-2009 se perdieron 200 mil plazas.
Luis Foncerrada, economista en jefe de AmCham, estimó que con una caída de 11 por ciento en el PIB se perderían entre 7 y 10 por ciento de los 20 millones de trabajadores afiliados al IMSS, es decir, “podríamos rebasar el millón de empleos perdidos y llegar hasta 2 millones en los próximos 2 o 3 meses. Es terrible”.
Marcelo Delajara, especialista en crecimiento económico y mercado laboral del CEEY, subrayó que, si se considera el peor escenario económico de Hacienda, es decir, una caída de 4 por ciento, el empleo formal caería 5.4 por ciento e implicaría una pérdida de un millón 120 mil empleos.
Luis Monroy-Gómez-Franco, economista por la UNAM y Colmex, advirtió que “no nos puede quedar ninguna duda de que se tratará de un impacto mayor al empleo del que hemos visto en crisis anteriores. En ese sentido, creo que debemos considerar que cualquier respuesta de política pública que peque de cauta, muy probablemente resulte insuficiente”.
La Secretaría del Trabajo informó la semana pasada que del 13 de marzo al 6 de abril se perdieron 346 mil 878 empleos, lo que implicó que en menos de un mes se borró todo el empleo generado en 2019.
Ayer el IMSS informó que en marzo se registró una caída de 130 mil 593 puestos de trabajo, a consecuencia de los efectos derivados de la emergencia sanitaria.
Fuente: EL FINANCIERO