Estas instituciones brindaban servicios de manera proactiva al sector cripto, por lo que la pregunta es si se mantendrán los accesos a los servicios bancarios.
La sacudida provocada por la quiebra de algunos bancos en Estados Unidos en cuestión de días, posiblemente genere un capítulo más en la relación que tiene el ecosistema de las criptomonedas con la industria bancaria.
De acuerdo con un análisis de la firma de cumplimiento Elliptic, los bancos que han provocado temblor en el sistema financiero global, brindaban servicios bancarios de manera proactiva al sector de las criptomonedas, por lo que indudablemente la gran pregunta es cómo el ecosistema cripto mantendrá el acceso "tan necesario" a los servicios brindados por las instituciones de la banca.
"La inestabilidad entre estos bancos estadounidenses no fue causada por las criptomonedas. Más bien, las quiebras de los tres bancos se debieron a una mala gestión del riesgo que los dejó vulnerables ante el aumento de las tasas de interés. No obstante, el colapso de los bancos que se encontraban entre un número relativamente pequeño que brindaba servicios de manera proactiva al sector de las criptomonedas inevitablemente generó preguntas sobre cómo la industria de las criptomonedas mantendrá el acceso tan necesario a los servicios bancarios", se puede leer en el análisis de Elliptic.
El pasado 8 de marzo, Silvergate Bank of California anunció su liquidación voluntaria, como signo de que ya no podía continuar con la administración de pérdidas significativas, que inicialmente fueron provocadas por el colapso de FTX.
"Silvergate era un socio bancario importante para la industria de las criptomonedas y los negocios con clientes de criptomonedas habían llegado a comprender aproximadamente el 90% de su actividad bancaria", refiere Elliptic.
Posteriormente, llegó el desplome de Silicon Valley Bank (SVB), por una sobreexposición a los bonos de largo plazo. En este contexto, los mercados de las criptomonedas estables (stablecoins) se vieron afectados por la noticia de que Circle, el emisor de la stablecoin USDC, tenía parte de sus reservas en SVB, lo que provocó que este activo se desvinculara de su valor de 1 dólar.
Sin embargo, en pleno nerviosismo en el medio financiero, el Departamento del Tesoro anunció que protegería completamente a todos los depositantes de SVB, sin usar fondos de los contribuyentes.
Asimismo, se anunciaban medidas en Reino Unido y Canadá para mitigar el riesgo de contagio a otros mercados financieros y si bien, el pánico se contuvo, las medidas del gobierno de Estados Unidos también contemplaban tomar posesión de Signature Bank para proteger a los depositantes.
"Signature Bank, como Silvergate, había establecido relaciones con empresas de criptoactivos en los Estados Unidos y se consideraba una de las instituciones financieras más amigables con las criptomonedas", destaca Elliptic y añade que Circle tenía también ahí parte de sus reservas de dólares del stablecoin USDC.
Una vez que se dio el anuncio de las autoridades de Estados Unidos, Circle se apresuró a asegurar al mercado que sus reservas de USDC están seguras y se restableció su vinculación con el dólar estadounidense.
Para Elliptic, son necesarias las relaciones entre actores de criptomonedas y las instituciones bancarias y si bien en Estados Unidos no está prohibido que los bancos y las empresas cripto estén relacionadas, las autoridades de aquel país sí han alertado a las entidades de la banca que estén alertas a los riesgos prudenciales que podrían enfrentar debido a su exposición al mundo de los criptoactivos.
"A medida que se asiente el polvo de la ráfaga de actividad que ha tranquilizado a los criptomercados, inevitablemente seguirá habiendo un enfoque significativo en cómo las criptoempresas interactúan con el sector bancario", apunta Elliptic.
En este escenario, la firma resalta en su análisis que la gran pregunta es si los bancos con prácticas de gestión de riesgos más sólidas podrían ver la quiebra de las tres instituciones bancarias como una oportunidad para brindar servicios bancarios al sector de las criptomonedas.
Fuente: EL ECONOMISTA
Autor: Fernando Gutiérrez