Delincuentes no sueltan a las criptomonedas: estafas crecen 81% en el 2021

Para Chainalysis, los “rug pulls” han crecido exponencialmente dentro de los fraudes con estos instrumentos.

Los delincuentes se niegan a dejar el mundo de las criptomonedas para realizar sus fechorías, principalmente las estafas, las cuales durante el 2021 tuvieron un crecimiento de 81% en el valor robado, respecto al 2020, donde esta actividad disminuyó considerablemente en comparación con años previos, de acuerdo con la firma Chainalysis.

Recientemente, la firma publicó un adelanto de su informe Crypto Crime Report 2022, donde indicó que  las estafas realizadas con criptomonedas en el 2021 tuvieron un valor de 7,700 millones de dólares, es decir, un aumento de 81% respecto al 2020.

“Las estafas fueron una vez más la forma más grande de crimen basado en criptomonedas, medido por volumen de transacciones, con más de 7,700 millones de dólares en criptomonedas tomados a víctimas en todo el mundo”, destacó la firma en el adelanto de su informe, el cual en febrero próximo se publicará la versión completa.

Chainalysis ejemplifica el caso de Finiko, un esquema Ponzi con sede en Rusia, el cual operó desde diciembre del 2019 hasta julio del 2021 con la invitación a usuarios a invertir con bitcoin o theter, con la promesa de rendimientos mensuales de hasta 30 por ciento.

“Durante los aproximadamente 19 meses que permaneció activa, Finiko recibió más de 1,500 millones de dólares equivalentes a bitcoin en más de 800,000 depósitos separados… Finiko representa un fraude masivo perpetrado contra los usuarios de criptomonedas de Europa del Este, predominantemente en Rusia y Ucrania”, destacó la firma.

De acuerdo con Chainalysis, este crecimiento en el valor de las estadas estuvo impulsado por la aparición de tirones de alfombra, conocidos como “rug pulls”, que según la firma es un tipo de fraude relativamente nuevo, particularmente en el ecosistema DeFi (finanzas descentralizadas), donde generalmente los desarrolladores de un proyecto basado en criptomonedas, especialmente un nuevo token, lo abandonan repentinamente, llevándose los fondos de los usuarios con ellos.

“(Los rug pulls) Son la forma más grande de crimen basado en criptomonedas y dirigido exclusivamente a nuevos usuarios, por lo que la estafa representa una de las mayores amenazas para la adopción continua de las criptomonedas”, destaca Chainalysis.

Según las gráficas presentadas por Chainalysis en dicho adelanto, el valor de las estafas de los rug pulls ascendieron en el 2021 a cerca de 2,500 millones de dólares, es decir 37% de todos los ingresos por los fraudes con criptomonedas, cuando en el 2020 representaron sólo 1 por ciento.

El documento detalla que, durante el 2021, el tema de las estafas con criptomonedas tuvo un cambio importante, pues el año pasado hubo más fraudes, pero con el tiempo de vida más corto, respecto a periodos previos.

“La estafa financiera promedio estuvo activa durante solo 70 días en el 2021, frente a 192 en el 2020. Mirando hacia atrás, (del 2013 al 2016) la estafa promedio de criptomonedas estuvo activa durante 2,369 días, y la cifra ha tenido una tendencia constante a la baja desde entonces”, acota el análisis.

Para Chainalysis, los investigadores y las autoridades han mejorado en la investigación y enjuiciamiento de las estafas, pues, por ejemplo, en septiembre del 2021 reguladores de Estados Unidos presentaron cargos contra 14 estafas de inversión que se promocionan a sí mismas como proveedores de servicios de negociación derivados de criptomonedas compatibles.

Chainalysis destaca que si bien, es común que las estafas puedan ser motivadas por el alza de precios en las criptomonedas, ya se observa el final de una relación estadística entre los precios de los activos y la actividad fraudulenta.

“Los usuarios nuevos y menos inteligentes atraídos por el crecimiento de las criptomonedas tienen más probabilidades de caer en estafas que los usuarios más experimentados. Sin embargo, la relación entre los precios de los activos y la actividad de estafa ahora parece estar desapareciendo”, documenta Chainalysis.

Fuente: EL ECONOMISTA
Autor: Fernando Gutiérrez