La venta ilegal de estupefacientes, así como los fraudes, especialmente los cibernéticos, son las formas más comunes en las que los delincuentes usan las criptomonedas, ya sea para delinquir o para blanquear sus recursos provenientes de sus actividades criminales.
La venta ilegal de estupefacientes, así como los fraudes, especialmente los cibernéticos, son las formas más comunes en las que los delincuentes usan las criptomonedas, ya sea para delinquir o para blanquear sus recursos provenientes de sus actividades criminales, según el reporte de Activos Virtuales: “Indicadores de Bandera Roja de Lavado de Dinero y Financiamiento al Terrorismo”, del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).
El GAFI publicó el informe para orientar a las instituciones financieras, actividades vulnerables, proveedores de activos virtuales y reguladores, a detectar los riesgos asociados a las operaciones de activos virtuales.
“Los tipos más comunes de uso indebido (de activos virtuales) es el tráfico ilícito de sustancias controladas, ya sea con ventas realizadas con criptoactivos o el uso de éstos como una técnica de estratificación de lavado de dinero. La segunda categoría más común de uso indebido está relacionada con fraudes y estafas”, detalla el reporte que se basa en más de 100 casos de estudios aportados por los miembros del GAFI.
En dicho reporte, el GAFI hace mención de otros delitos relacionados con estos instrumentos, por ejemplo, la venta de sustancias controladas y otros artículos ilegales, el fraude, la evasión fiscal, la trata de personas, la evasión de sanciones y el financiamiento al terrorismo.
De acuerdo con el análisis se ha detectado que últimamente los delincuentes utilizan a los activos virtuales como herramientas para transferir, recolectar o acumular sus ganancias.
El estudio destaca diversas características que se deben de tomar en cuenta para poder atacar los ilícitos facilitados por los activos virtuales, como, por ejemplo, el anonimato que ofrecen las plataformas donde se realizan operaciones con estos instrumentos.
El reporte destaca los riesgos geográficos, ya que existen países con medidas nacionales débiles o inexistentes respecto a las operaciones con activos virtuales, donde pueden proliferar transacciones con activos virtuales relacionadas a delitos sin mayor complicación.
“Los activos virtuales utilizan tecnología innovadora para transferir valor rápidamente en todo el mundo y tienen muchos beneficios potenciales, incluido hacer pagos más rápidos y económicos. Pero el anonimato asociado con ellos también atrae a los delincuentes”, resalta el estudio.
Fuente: EL ECONOMISTA
Autor: Fernando Gutiérrez