La industria del arte, proclive al lavado de dinero

De acuerdo con la firma, el mercado del arte se puede utilizar también para evadir impuestos y disfrazar origen de fondos.

“El valor del arte es subjetivo”, bajo esa premisa, esta industria se hace atractiva para realizar actividades ilícitas, tales como el lavado de dinero o financiamiento al terrorismo, debido a su laxa regulación, el anonimato que suele darse en ella y la fácil manipulación de los precios de las piezas, esa fue la conclusión del estudio Fondos Ilícitos Ocultos en Obras de Arte de la firma AML RightSource.

De acuerdo con el estudio, las instituciones del sistema financiero deben de reforzar sus medidas de conocimiento del cliente (lo que también se conoce como KYC) en operaciones relacionadas con la compraventa de piezas de arte, además de la debida diligencia cuando se tiene relación con organizaciones relacionadas a esta industria, como las casas de subastas.

“La subvaloración y la facturación falsa permiten que las pinturas crucen fronteras sin los documentos aduaneros correspondientes que sin duda serían necesarios si se conociera el verdadero valor del artículo. Por lo tanto, el mercado del arte se puede utilizar para evadir impuestos, eludir las regulaciones con respecto al movimiento de fondos dentro o fuera de ciertos países, disfrazar el origen de fondos ilícitos y realizar transacciones en capas”, detalla el estudio.

En México, la comercialización de objetos de arte es considerada por la ley antilavado como una actividad vulnerable, por lo que en caso de que una operación rebase los 209,000 pesos, debe de reportarse a las autoridades como el Servicio de Administración Tributaria y la Unidad de Inteligencia Financiera.

Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, con base en cifras de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el mercado global del arte en el mundo equivalía a finales del 2018 a alrededor de 67,400 millones de dólares, mientras que el mercado negro de esta industria tiene un valor anual de los 6,000 millones de dólares.

En este contexto, la parte correspondiente del lavado de dinero y otros delitos financieros ligados a la industria del arte está valuada en alrededor de 3,000 millones de dólares anuales.

En el análisis de AML RightSource , se comparan las ventajas que conlleva meter fondos ilícitos en operaciones de compraventa de piezas de arte, respecto a otros métodos de blanqueo de capitales como el traslado de efectivo, las operaciones inmobiliarias o las transferencias bancarias.

“Los métodos tradicionales utilizados para ocultar fondos ilícitos son demasiado riesgosos y demasiado transparentes. En contraste, las pinturas y otros tipos de obras de arte son fáciles de transportar u ocultar a las autoridades al realizar actividades transfronterizas ilícitas”, apunta el informe.

Casos

El análisis de AML RightSource menciona casos significativos de lavado de dinero en la industria del arte, por ejemplo, el del exprimer ministro de Malasia, Najib Razak, que, de acuerdo con investigaciones, desvió fondos públicos para adquirir obras de Basquiat, Rothko y Van Gogh.

Este señalamiento es parte de una investigación respecto a uno de los casos de desvíos de fondos públicos y lavado de dinero más escandalosos de los últimos años, es decir el del 1MDB, donde se desviaron miles de millones de dólares de un fondo gubernamental de Malasia a cuentas privadas, como del multimillonario Jho Low, el cual se dice que con ese dinero financió la película El Lobo de Wall Street.

Para la firma, este caso es un claro ejemplo de que los delincuentes financieros están aprendiendo que el mercado del arte es una alternativa viable para disfrazar los recursos.

Medidas

El estudio se enfoca en lo que las entidades financieras que operan recursos, provenientes de la comercialización de piezas de arte, deben de realizar para prevenir el movimiento de flujos financieros ilícitos en dichas operaciones.

Según el análisis, el riesgo del blanqueo por medio de este tipo de operaciones existe, por lo que las instituciones deben de tomar medidas proactivas para limitar su exposición al riesgo respecto a los clientes de la industria del arte.

“Las instituciones financieras deben asegurarse tener un programa de KYC robusto para comprender completamente las ocupaciones y prácticas comerciales de los clientes involucrados en la compra y venta de arte”, detalla el estudio.

Asimismo, añade que se debe de exigir a las casas de subastas de arte que desarrollen sus propios programas de KYC con el fin de garantizar la debida diligencia de sus clientes. Además, el reporte sugiere a las entidades financieras tener un enfoque basado en el riesgo al enfocarse en jurisdicciones de mayor riesgo para delitos relacionados con el arte, como China o Siria.

Por último, recomienda que las entidades financieras que identifiquen a una Persona Políticamente Expuesta que participa en una operación de arte, deben de aplicarle un mayor escrutinio.

“Se debe realizar una revisión crítica de todas las facturas relacionadas con el arte para determinar si las transacciones son razonables y tienen sentido económico”, se puede leer en el reporte.

Fuente: EL ECONOMISTA
Autor: FERNANDO GUTIÉRREZ