Las ganancias obtenidas del trasiego de estupefacientes son invertidas en comercios, alertó el informe del GFI.
La actividad del tráfico de drogas entre México, Colombia y Estados Unidos (EU) alcanzaría un valor de hasta 121,600 millones de dólares al año, mismos que pueden ser blanqueados por las organizaciones criminales que operan en estas tres naciones, principalmente por el contrabando en efectivo y esquemas de lavado de dinero vía el comercio, de acuerdo con un reporte del Global Financial Integrity (GFI).
Ayer, el GFI presentó el análisis Flujos Financieros Ilícitos relacionados con narcóticos entre Estados Unidos, México y Colombia, que es un documento elaborado a petición de la Comisión de Política de Drogas del Hemisferio Occidental del Congreso estadounidense.
“Las diferentes metodologías utilizadas indican que el valor de los flujos financieros ilícitos relacionados con los estupefacientes que afectan a Estados Unidos, México y Colombia se encuentra entre 42,300 millones de dólares y 121,600 millones de dólares anuales”, se explicó en el estudio. La mejor estimación oscilaría en el punto medio entre los 80,000 y 90,000 millones anuales.
De acuerdo con el reporte, el movimiento de recursos mediante el efectivo y el lavado de dinero basado en el comercio, son los dos métodos principales que los grupos delincuenciales usan para transferir ingresos de una nación a otra, provenientes del tráfico.
“El contrabando de efectivo a granel implica el transporte físico de grandes cantidades de efectivo, mientras que el lavado de dinero basado en el comercio implica disfrazar los ingresos como transacciones comerciales legítimas, realizadas a través de las fronteras e introducirlas en la economía formal”, destacó el documento del GFI.
El reporte resaltó el papel de la corrupción para facilitar el lavado de dinero proveniente de la comercialización de drogas entre México, Colombia y Estados Unidos, pero que involucra a más jurisdicciones, donde en algunos casos están relacionados funcionarios gubernamentales.
“Si bien a veces se percibe que la corrupción permanece dentro del ámbito puramente político, la realidad es que a menudo implica la interacción con grupos del crimen organizado y el tráfico de drogas. En este sentido, la corrupción facilita el movimiento de las drogas y sus ganancias, y también obstaculiza los esfuerzos antinarcóticos y antilavado”, apuntó el informe.
El reporte recomendó como forma de combatir estos flujos ilícitos el reforzar las medidas antilavado; fortalecer la implementación de la detección del beneficiario final y mejorar la coordinación interinstitucional.
Fuente: EL ECONOMISTA
Autor: Fernando Gutiérrez